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Conozca cómo este tipo de elementos se han ido adaptando a las necesidades, hasta la actualidad.

Inicio / Historia y Evolución de los perfiles náuticos

Perfiles de PVC Náutico

Evolución del producto

 (Nota.- Pulse sobre las imágenes para verlas a tamaño real y ampliado)

Entrando en el producto, por nuestra experiencia, consideramos que es MUY IMPORTANTE, conocer y entender primero las causas y la problemática que ha propiciado la ineludible evolución de estos elementos, desde sus inicios, hasta nuestros días, así como la combinación de los distintos factores y necesidades que han permitido al fin poder disponer de un producto de la más alta calidad, con sorprendentes características específicas, y a un precio tan asequible.

Lejos quedan los habituales inconvenientes de los viejos perfiles de aluminio, tan utilizados en náutica (ya que no había otra cosa)..., y quizás por ello "tan sufridos", durante años...

En cualquier caso, la acertada idea de la utilización conceptual de estos elementos pioneros, como elementos de defensa pasiva en embarcaciones, con todas sus limitaciones y peculiaridades, en definitiva, fue lo que originó la necesidad de disponer de un producto cada vez más adecuado, propiciando el estudio de un sinfín de opciones, y permitiendo, en definitiva, que en estos momentos podamos contar con un producto de tan alta calidad, y con tan abrumadoras propiedades, características y prestaciones, como los perfiles de diseño, con base de PVC-Náutico, contenidos en nuestro catálogo.

Cualquier profesional o aficionado a la náutica, en más de una ocasión, se habrá lamentado de no disponer de una alternativa válida, mucho más efectiva que el tradicional listón de aluminio, y las asimismo habituales, aunque sucias, gomas negras de protección, también tan sufridas. 

Y ni que decir ya, si se trata de perfiles de madera...


Afortunadamente, ahora este tipo de elementos ya sólo se utilizan como elementos decorativos, o complementos, en barcos "de época". Si se trata de una embarcación de este tipo, dado que no es posible ninguna otra opción, bastará con situar las protecciones en el muelle.

En cualquier caso,prescindir de tales elementos de protección, definitivamente no era ninguna solución. En el medio marino, los impactos, inevitablemente se suceden, constante y persistentemente.

Durante muchos años, la náutica se ha proveído de elementos y materiales diversos, procedentes de otros sectores, aprovechándose todo cuanto se podía, con mayor o menor fortuna.


Los viejos perfiles de aluminio, ciertamente, quizás sean el ejemplo más conocido, ya que, en su mayoría, se trataba de elementos diseñados para dotar de una cierta protección a los laterales de autobuses y autocares.

En cierto modo, cumplían bien con su función como elemento protector de contorno, aunque con unos niveles de resistencia y efectividad limitados ya que se trataba de unos elementos inicialmente previstos para soportar el polvo, alguna lluvia ocasional, y algún roce fortuito, pero no para resistir una permanencia constante en el ambiente marino, ni tampoco para actuar, la mayoría de las veces, como único elemento fijo de protección de contorno en las embarcaciones, en un medio en permanente movimiento, dejando su inconfundible "traza", sobre las blancas y pulidas superficies de las embarcaciones adyacentes... 

A la vista del problema, algunos fabricantes intentaron mejorar el producto usando materiales más resistentes al ambiente marino. Uno de los primeros intentos fue la sustitución de la tradicional tapa de goma negra, por otra de plástico, utilizando el mismo perfil de base en aluminio, aunque con una aleación ligeramente mejorada, y algo más cara, que le dotaba de una duración mayor.

El conjunto, sin duda, resultaba mucho más limpio y duradero, aunque menos efectivo que el viejo caucho negro, y al final el aluminio se degradaba igualmente, y los rayos UVA y el ambiente marino acababan por endurecer y desintegrar el plástico. La necesidad de incluir, durante la fabricación de la tapa de protección, ciertos aditivos y componentes para que el plástico resistiera el máximo de salitre y radiación UVA, limitaba su variedad al blanco, negro y gris, y también aumentaba notablemente su densidad y dureza. El resultado más estable alcanzado, fue un conjunto de excesiva rigidez, únicamente utilizable con efectividad en ciertos tipos de embarcaciones muy concretas, como por ejemplo con casco de acero, principalmente a causa de su casi nulo nivel de elasticidad, y su reducida capacidad de recuperación y absorción de impactos.

La siguiente generación de perfiles de protección de contorno, básicamente consistió en la utilización del acero inoxidable, ya fuera enteramente de acero inoxidable, o una tapa embellecedora atornillada sobre una base de plástico rígido hueca, que en caso de impacto se astillaría, consiguiéndose así el mejor nivel de protección.

La resistencia del conjunto al ambiente marino, sin duda, resultaba mucho más adecuada, y su aspecto, ciertamente era atractivo, pero las nuevas soluciones dieron paso a nuevos inconvenientes: En caso de producirse un impacto de cierta magnitud, estos tipos de perfiles de acero inoxidable, o con base de plástico duro, hueca o maciza y tapa de acero inoxidable, amortiguaban bien el golpe, pero no disponían apenas de ninguna elasticidad ni capacidad de recuperación, quedando inevitablemente dañados, y visiblemente aplastados o deformados, reduciéndose peligrosamente su capacidad de absorción, en caso de un nuevo impacto.

El rasgo distintivo de estos tipos de perfiles era su inevitable suministro por barras, o tramos de pocos metros, a fin de facilitar su transporte, y también la posibilidad de sustitución ocasional de únicamente los tramos dañados, o afectados por un impacto. Lamentablemente, uno de los principales inconvenientes "implícitos" del montaje por barras, tanto en el caso del aluminio como en el del acero inoxidable, era la necesidad de contar con un casco grueso y robusto capaz de permitir un anclaje firme del perfil, pues de lo contrario, a causa de los contínuos rozamientos y pequeños impactos propios del medio marino, se acababan aflojando o soltando las las barras, evidenciándose ese fallo por la zona de unión. Inevitablemente, las juntas entre barras siempre significaron un problema estético irresoluble.

Otro de los inconvenientes habituales de los perfiles o tapas metálicas, aparte de su elevada capacidad de deformación irrecuperable en caso de impacto, o de los peligrosos rebordes de metal, cortantes al tacto, que aparecen, por ejemplo, tras una rozadura con un muele de cemento, eran también los graves daños que podían provocar en el casco de una embarcación adyacente, en caso de colisión, o de rozamiento continuado, tanto a causa del propio perfil metálico, como también a través de las cabezas de los propios tornillos de fijación.

La gravedad del daño provocado por este tipo de elementos, no sólo se refiere al aspecto estético, sino que va mucho más allá, ya que en el caso de una rozadura, o impacto de envergadura suficiente como para hacer saltar la capa de Gel Coat, dejando el núcleo de fibra de vidrio al descubierto, necesariamente habría que proceder a su inmediata reparación, ya que, de lo contrario, el efecto de los rayos UVA sobre la parte de fibra ahora desprotegida, inevitablemente provocará su paulatina desintegración, y consiguiente debilitación de la zona.

A la vista del nuevo problema, algunos fabricantes, se decantaron ya definitivamente por el PVC. Este tipo de material, a pesar de la excesiva rigidez que le confería la utilización de ciertos componentes necesarios para lograr que el material resistiera de la mejor manera el ambiente marino, por sí mismo, ya permitía cubrir con cierta efectividad una determinada franja de la gama de necesidades existentes.


Lamentablemente, por sus características, la única manera de asegurar, en cualquier caso, su permanente fijación, era mediante tornillería, y el uso de perfiles gruesos y macizos, a fin de evitar, en caso de impacto, cualquier tipo de deformación capaz de estirarlo, provocando que las cabezas de los tornillos de fijación se colaran por sus respectivos taladros.


El sistema funcionaba bien en un casco de acero, pero no en los cascos de fibra de vidrio de las embarcaciones de tamaño medio.En caso de producirse un impacto de cierta magnitud,la excesiva rigidez de la protección la mantenía indemne, pero podía fácilmente quebrar y hundir la superficie de soporte del casco,en la cualse hallaba fijada, que en principio era lo que se pretendía proteger.

El siguiente paso consistió en la utilización de perfiles de plástico rígidos, huecos, o con cámaras de aire internas para reducir su dureza o densidad, y, por tanto, aumentando su elasticidad, aunque con la necesaria rigidez del material para permitir una sólida fijación al casco y evitar que pudieran escurrirse los tornillos de fijación a causa de un impacto, o rozadura. A diferencia de los perfiles macizos, sin duda, éstos protegían mucho mejor el casco, pero ante un impacto de envergadura media, el "coste" de ese "plus" de protección, era la práctica destrucción del perfil, que se quebraba y se astillaba, quizás con excesiva facilidad.

La única alternativa viable para conseguir la necesaria versatilidad, en un nuevo intento de cubrir el resto de la inacabable gama de necesidades, consistió en la utilización de una base de perfil de plástico rígido, a modo de zócalo atornillado al casco, combinado con una generosa tapa de protección de EPDM o PVC flexible, insertada a presión. Salvo en lo referente a la facilidad de astillado del zócalo de base, o a la relativa facilidad de la elástica tapa de protección para salirse de su encaje, en caso de producirse un rozamiento vertical, esta solución, sin duda, resultó ser la "menos mala" de todas las alcanzadas hasta el momento.

A la vista de los precedentes vividos, sin ninguna duda, "el producto funcionaba". No manchaba ni ensuciaba, no había cabezas de tornillos de fijación externas capaces de provocar daños al vecino, la excesiva densidad o dureza de la base de PVC, se podía reducir considerablemente mediante "figuras flotantes" y la inclusión en su interior de cámaras de aire, tanto en su parte rígida, como en la elástica.

En definitiva, en caso de un impacto medio, el perfil rígido de base, atornillado sólidamente al casco, proporcionaba una efectiva fijación a la tapa de protección encargada de absorber el impacto, y de esta forma se aprovechaban las ventajas y las debilidades de ambos elementos. Cuestiones como esa odiosa facilidad de la Tapa por salirse de su encaje, o que la base se astillara tras un impacto de cierta envergadura, lo cierto es que pasaban casi inadvertidas ante las ventajas indiscutibles de esos nuevos materiales.

La necesidad de disponer de un producto adecuado, había conseguido, por sí misma, que se solucionaran la mayoría de los inconvenientes, sin embargo, otros aún persistían. No sólo se trataba de hallar un producto capaz de solventar los problemas de oxidación y degradación, a causa de la humedad corrosiva del medio marino, sino también de disponer de producto fácil de fijar, inalterable e inamovible, una vez fijado, capaz de aportar una efectiva protección, pero con la necesaria elasticidad y una gran capacidad de amortiguación y recuperación frente a impactos, que fuera fácilmente lavable, que no ensuciara ni manchara, y lo más importante, que fuera capaz de resistir bien la implacable degradación causada por la exposición permanente a la intemperie y a los rayos UVA, tanto en lo referente a su aspecto, como en sus propiedades, y, por supuesto, capaz de cubrir con efectividad cualquier tipo de necesidad, fuera cual fuera el tipo de embarcación… y puestos a pedir, ¿porqué no, si, además, se pudiera contar con una gama de colores, más allá del tradicional, blanco, negro y gris?

Con mucha insistencia, y también cierta obstinación, finalmente, se logró la solución definitiva que permitiría crear un catálogo de productos como el actual: La acertada combinación de componentes capaces de ampliar el rango habitual de densidades del PVC, e incluso mejorarlo, junto a diferentes diseños y formas específicas, todo ello, combinado dentro de un mismo perfil.

Asimismo, se logró también con éxito la incorporación, durante el proceso de fabricación, de otros elementos de composición especiales, concretos, los cuales permitieron, además, la posibilidad de contar con una amplia gama de colores, sin necesidad de sacrificar ninguna de las propiedades iniciales, y aplicable en la mayoría de los tipos y modelos de perfiles...


Al fin se había logrado. Partiendo de las necesidades reales, se había llegado hasta el producto definitivo... incluso superando las necesidades y expectativas más exigentes. Las opciones de suministro eran casi "infinitas"...


Había nacido el denominado "PVC Náutico"

Las opciones de suministro eran casi "infinitas"... Pero eso abocó a un nuevo problema de muy dificl resolución como la limitación de la capacidad real de almacenaje, ya que tan solo el simple suministro de un mismo "perfil con tapa", en cualquiera de las combinaciones que permitían los 12 colores básicos disponibles, ya implicaba un mínimo de 24 posibilidades distintas a mantener en stock, pero considerando que cada una de esas posibilidades tenía que ser posible suministrarla en un tramo entero de 5 a 100 metros, las opciones a mantener en stock ya se disparaban a más de 2000. A su vez, ello habría que multiplicarlo por el más del centenar de modelos de perfiles distintos considerados como "básicos", lo cual, incluso considerando que algunos de los perfiles no utilizan tapa, la necesidad de opciones a mantener en stock para poder suministrar UNA sola opción de suministro del catálogo, es obvio que quedaba fuera de cualquier consideración razonable, pues ampliamente ya se supera la decena de millar de opciones, y ello sin contar las otras variantes de suministro sobre los perfiles "básicos", o su suministro en los denominados "Colores Especiales"...

  

La solución consistió en incorporar la tecnología necesaria al proceso de fabricación al objeto de poder llevar a cabo la completa fabricación del producto de forma totalmente personalizada, en un tiempo récord, habiéndose hasta incluso logrado entregar al transportista el material fabricado, al día siguiente de la entrada del pedido. No fue tarea fácil, ya que la mayoría de los recursos y/o componentes de la cadena de fabricación, simplemente ni existían, pero al final se logró configurar una secuencia de fabricación del producto que permitía su fabricación de una forma totalmente individualizada, personalizada y adaptada a las necesidades, gustos o preferencias de cada cliente, cumpliendo con todos los requisitos, y sin necesidad de pedidos mínimos, y a un precio muy similar al de otros productos de este mismo tipo, normalmente fabricados en serie.


Ya sólo quedaba conseguir hacer llegar y dar a conocer el producto al consumidor final, manteniendo intactas todas las ventajas del producto, y con unos tiempos igualmente "record" de suministro, de la fábrica al domicilio del Cliente. La solución consistió en el uso de los medios, estructura y recursos de IntermarineX. Sin ninguna duda, el resultado ha sido todo un éxito.

  

Uno de los aspectos más llamativos de estos productos es que finalmente "invirtieron la historia". Ya no se trataba de "reutilizar" para la náutica un producto procedente de otro sector, sino de un producto específico creado y diseñado para la náutica, inalterable y capaz de mantener intactas sus cualidades durante décadas, el cual sería aprovechado y utilizado cada vez más, por sus ventajas y precio, por otros sectores totalmente distintos de la náutica.

Sin duda, si todo el mundo utilizara perfiles de este tipo, se erradicarían, de una vez por todas, las odiosas marcas negras en los cascos producidas por el roce de las ya obsoletas gomas negras de protección del vecino de amarre, y también los habituales arañazos producidos por perfiles o las tapas embellecedoras metálicas de algunos otros modelos de perfiles, ciertamente vistosas y bonitas, pero tremendamente dañinas, logrando, en definitiva, una mayor protección para nuestros barcos, que éstos mantengan durante más tiempo su mejor aspecto, duren más, y sufran menos daños innecesarios, ya sea a causa del tiempo, el viento, de cualquier descuido, o del movimiento involuntario del barco de nuestro vecino de amarre.


También, desde un punto de viste ecológico, la utilización de artículos y productos eficientes, y de muy alta longevidad, no tan solo implica un importante ahorro económico al navegante, por cuanto ya sólo necesita "comprar una vez", sino que con ello también se elimina la creación de desechos y residuos que implicaría comprar una y otra vez lo mismo, además de los consumos energéticos y de materias primas por la fabricación del nuevo elemento a sustituir, y por su transporte hasta el usuario.

La irrupción en el mercado de estos perfiles, y el "desplazamiento" que produjeron sobre los demás productos que hasta esos momentos había en el mercado, propició que otros fabricantes se afanaran por mejorar sus productos, e incluso por crear otros de nuevos, ya sea en la misma línea del "PVC Náutico", u otras distintas.


En algunos casos, los nuevos materiales, los nuevos diseños, o nuevas perspectivas conceptuales, han resultado tan acertados como para que IntermarineX haya decidido incluirlos en su catálogo y posibilidades de suministro, ya que, aunque sus características y cualidades puedan llegar a ser muy distintas a las del "PVC Náutico", sin duda cubren otra parte muy específica de las necesidades de los usuarios, no cubiertas actualmente por el "PVC Náutico".


Progresivamente, a partir de la opinión de los usuarios, el análisis de los nuevos productos, y el resultado operativo real a partir de profesionales del sector, se incorporarán al catálogo de IntermarineX nuevos perfiles y otros productos directamente relacionados, aportando así al usuario una amplia gama de soluciones capaces de cubrir prácticamente todas las necesidades, al mejor precio del mercado, y con la seguridad de adquirir un producto que cubrirá sin excepciones el uso previsto.


Por favor, insitimos a todos los usuarios que no dejen de comentarnos sus opiniones y necesidades, pues así es como se ha hecho esta Web.

La mera existencia, y facilidad de acceso a unos productos de semejantes características como los contenidos en esta Web, con toda la información complementaria contenida, y un acceso gratuito e ilimitado a información personalizada, sin duda es toda una novedad en el sector náutico.


El mayor triunfo, ha sido conseguir ya solamente que muchos usuarios tomaran consciencia de la importancia de unos elementos que hasta hace poco eran "casi invisibles"... pero que realmente son la única defensa efectiva y capaz de preservar la integridad de nuestra embarcación.

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